viernes, 10 de octubre de 2014

FRENO DE EMERGENCIA


Compartir en Facebook 

 La vida es un viaje, en el que a veces se activa el "freno de emergencia". ¿Qué hacer?

Dos veces me ha tocado estar en el famoso Metro de Santiago cuando alguien activa el freno de emergencia, lo que provoca que el metro pare inmediatamente su curso, sin importar si se encuentra en alguna estación o en un túnel, al menos así era el procedimiento. Luego dependiendo de la gravedad (nunca supe quienes activaron el freno), el metro continuaba su viaje.

Cuando vi esta imagen recordé estas anécdotas y me atreví a llevarlas a un ámbito mucho más serio, de eso quiero compartirte en este momento:

Generalmente tenemos planes para nuestra vida, aún cuando no tenemos el control de todo, somos nosotros quienes vamos tanteando decisiones y proyectos a futuro, sabemos más o menos para donde va la cosa. Nos imaginamos, nos preparamos, nos enfrentamos a la vida para cumplir nuestras metas y sueños. Todo va viento en popa, hasta que algo nos frena, y no es un freno lento y suave como suele ser el freno de un ferrocarril que viene frenando kilómetros antes de llegar a destino, no damas y caballeros, este es un freno imprevisto, inmediato y hasta escalofriante.

Es la noticia de una enfermedad terminal, es el despido de un trabajo que apenas nos servía para alimentar a los nuestros, es el aviso de un banco que nos embargan la casa o el incendio que se encarga de quemarla por completo, es el familiar que abusó de nuestra hija o hijo, es algún cercano que buscamos por días o semanas con la esperanza de al menos tener el cuerpo para darle una honrosa sepultura, o es la muerte inesperada de un ser querido por un borracho que redujo a un porta retratos a nuestra familia o un paro cardíaco que no nos dejó ni decir un adiós. Situaciones extremas como estas son un freno de emergencia para nuestra vida ¿Qué hacer?

Ciertamente no podemos demandar a la vida, al destino o a Dios por lo sucedido - como está advertido en la ley para quienes hagan su uso indebido en algún viaje en metro - ¿qué ley nos defiende en estos casos? porque ciertamente no fuimos nosotros los que accionamos dicho freno de emergencia. El viaje se torna pesado, triste, oscuro, cuesta volver a sonreír como antaño, cuesta retomar la vida "normal", si creemos en Dios nos cuesta confiar en que Él tiene el control a pesar de todo, algunos otros optan por el suicidio, pero tienes que saber que aunque el freno de emergencia detiene el viaje por un momento, no es tu destino, no es estación de llegada, es solo un "frenazo", uno que cambia tu vida, uno que deja cicatrices, pero no es el fin del recorrido, todavía queda camino por recorrer, lo que no te deja más opción que ser fuerte, por ti, por tus cercanos, por los sueños que tenías antes de aquel "frenazo", y aunque ya no será lo mismo de antes, debes honrar la vida y honrar a los que ya no están contigo, aconseja a aquellos que están pasando por lo mismo, regala una sonrisa a los que la angustia no los deja dormir, da esperanza a aquellos que sienten que ya no la hay, y verás como de una u otra forma lograrás llegar a destino.

No hay garantías de que el freno se vuelva a activar o no, como nadie nos aconseja para enfrentar mejor un freno de emergencia en nuestra vida, pero, aún así, tenemos todo lo necesario para soportar el difícil momento, ¿y sabes qué? voy más allá, no necesitamos que nos aconsejen o nos preparen como quien enseña una formula de matemática a los alumnos, esto, mi querido y querida, hay que vivirlo, hay que estar de luto, hay que desahogarse, enjugar lágrimas y seguir, porque todavía queda trayecto.

Compartir en Facebook 


0 comentarios: