Por sobre cualquier
valor que tenemos como sociedad, la libertad es sino la única en
el pedestal de lo sacro.
Podemos ser menos
iguales, podemos ser más injustos, podemos dar rienda suelta a nuestra avaricia
y egocentrismo, ¡pero no nos toquen nuestra libertad!
En la editorial
del Le Monde - periódico francés,
lugar donde se lleva a cabo un debate acerca de la ley antiterrorista -se
hacen la siguiente pregunta:
¿El
hacer retroceder las libertades contra el terrorismo, no es ya una pequeña
victoria para el terrorismo? Terrorisme : Un projet de loi dangereux | LeMonde.fr
Y es que el solo hecho de pensar en privar en algún tipo de libertad, como la libertad de elección o el derecho a la privacidad de toda persona, es un motivo instantáneo para considerarlo como una victoria para el terrorismo.
En
una entrevista de LaTercera, Marco Enríquez Ominami dice: “A mí me parece importantísimo que el Estado tenga todas las
herramientas, pero con un límite. Al final, las garantías de las libertades del
individuo no pueden estar afectadas en nombre del terrorismo.”
Por su parte, Nicolás
Copano, cuestionaba el concepto de libertad bajo el prisma de la elección - que
tanto excita a la derecha - con el siguiente tweet:
A lo que quiero llegar
es a lo siguiente: que tan incuestionable es el concepto de libertad hoy en
día.
Quizás habría que
comenzar definiendo que entendemos por libertad hoy en día.
Si me pregunta a mí,
le diría que todo nuestro concepto de libertad, sin haber hecho
ningún esfuerzo filosófico o siquiera conceptual, se reduce al tweet
de Copano, una libertad de elección: El derecho a decidir. Todo un
concepto que ha sido estudiado por miles de años, lo hemos reducido a una mera
libertad de elección, en una cancha donde el consumismo juega con los mejores jugadores juntos, es obvio
que esta parte de la libertad tendrá toda nuestra atención y será por lejos la más importante, pero ¿lo
es? ¿La libertad de elegir es toda la libertad que debemos defender? ¿De qué
libertad me habla? Esta libertad de elegir se ha levantado como la ganadora indiscutible gracias a la expansión y aceleramiento sin precedentes de la globalización neoliberal como un relato único e inevitable.
Debiéramos considerar
seriamente en construir nuestra propia estatua de la libertad, y convertirnos
también en "Chile: donde la libertad es una estatua", mientras tanto, las deudas parece que no nos permiten vivir con tanta libertad.
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