domingo, 6 de enero de 2013

EL BENEFICIO DE EQUIVOCARSE


Alguna vez me cuestioné hasta que punto equivocarse está permitido en esta vida. Si llegamos a un nivel en que ya no nos equivocaremos más y seremos un ejemplo de perfección a los que van detrás nuestro.

De pronto, como si estuvieran pasando una película frente a mi mente, recordé cuando aprendí a andar en bicicleta, todas las veces que me dí unos buenos costalazos, cuando aprendí a sumar o restar las veces que me equivoqué para luego hacerlo bien, o cuando aprendía a jugar a la pelota siendo un verdadero desastre (digamos que hoy no soy la gran cosa).

¿Te acuerdas cuando aprendiste a caminar? Seguramente no, pero te aseguro que varias veces te fuiste en picada al suelo haciendo reír a tus padres mientras una y otra vez te volvías a levantar para intentarlo de nuevo antes de poder caminar bien.

En cada situación que requirió tiempo y esfuerzo hubieron de por medio errores que no queríamos cometer.

Hay muchas frases que nos llegan a colación cuando cometemos errores, “errar es humano” “no somos perfectos” “A cualquiera le puede pasar” etc.. Y cuando todas ellas son ciertas, es frustrante cuando los errores comienzan a ser parte de nuestra forma de vida, y lo peor, aún a ratos es la única manera de aprender y crecer como personas.


Pero no podía ser de otra forma, la madurez no se alcanza por pasarla bien todo el día, jugar jueguitos, salir con los amigos o hacer nada sin antes haber hecho todo, si, nos gusta ese estilo de vida, pero a la larga te traerá graves consecuencias, porque en el fondo nunca creciste, nunca te enfrentaste al rigor de la vida real, nunca floreció en ti el carácter de luchar contra un ejército diez veces más fuerte que ti.

Los errores que cometemos, a veces incluso hasta infantiles, nos enseñan que son parte del pasar por esta  vida, aunque no nos guste... Todos, incluso quienes llevan años preparados para no cometer errores en alguna especialidad, están expuestos a equivocarse, si no me creen, vean cuando hasta a Messi se le hace un agujero en el botín o Federer cuando manda a las tribunas una bola muy fácil, es ahí cuando escuchamos de los comentaristas frases como "hasta los grandes se equivocan"

La gracia sin embargo es esforzarse cada día para no volver a cometer los mismos errores, pero teniendo siempre en claro que no somos perfectos, y que parte de nuestro crecimiento está el equivocarse, y a veces bien feo, meter la pata hasta el fondo, dejar la mansa...

Y cuando ya no pudiste haberlo hecho peor, no sirven los reproches, sino sacar conclusiones, aprender de la situación, levantarse después de la caída, siempre, no importa si es la misma piedra, levantarse es lo que nos hace mejores personas, esa fuerza de voluntad que sacan quienes tienen un corazón valiente, aunque a veces parezca el más cobarde de todos.

Un consejo si me permiten, rodéate de personas que te animen, deja a los amargados que ven siempre los problemas más grande que las soluciones. Y si lo deseas, pídele a Dios que te de fuerza para seguir adelante, busca una iglesia donde te acojan tal cual eres y pide ayuda, busca a ese amigo y pide un consejo, lee un libro o busca ayuda en algún tratamiento, porque mi estimado, solo no puedes.

Termino como empecé, cuando eras niño y comenzabas a dar tus primeros pasos, te caíste muchas veces, pero te levantaste, hazlo ahora también, claro, ahora los problemas son mayores, las responsabilidades más grandes, las consecuencias temibles, pero esa fuerza de voluntad la tienes desde niño, así que ¡levántate!

¿Llevas una vida manchada por errores que te han marcado como persona? Tranquilo, sacúdete, y vamos pa delante que todavía queda mucho camino por recorrer. Y quién sabe, si de estos errores, puedes sacar más de algún beneficio.

0 comentarios: