miércoles, 17 de agosto de 2011

La promesa más segura: No cumplir

                                                                                                                           
Esperando a un economista para una charla, y ya con cierta molestia, pues ya se iban a cumplir cerca de 30 minutos de atraso, me surgió poco menos que la necesidad de escribir este texto, quizás para el desahogo, o por el aburrimiento de esperar tanto rato, no sé, o también por no perderme la charla que prometía...

Últimamente he tenido la mala ocurrencia de encontrarme con situaciones en las que todas se asemejan en un punto en común, en una sola palabra: impuntualidad.
Suelo ser una persona muy puntual, no digo que siempre pero me esfuerzo en serlo, pero lamentablemente no veo eso en muchas otras personas, que tienen como algo tan normal de la vida atrasarse 15-20 minutos.

Y ya partimos mal, porque quien dijo que debiera ser "normal" tal cantidad de atraso, nuestra cultura gerneralmente la occidental es muy permisiva en este aspecto, lo que me parece pésimo, en otras culturas como la oriental por ejemplo, ser una persona impuntual es muy mal visto, te deja con una imagen de quien es un sin respeto, despreocupado, rebelde etc... En esta sociedad, por momentos de lo único que puedes estar 100% seguro es que lo que prometió, no lo cumplirá. ¿Tan bajo hemos caído?
Y es que mi molestar pasa por quienes no respetan tu tiempo, haciéndote esperar en ocasiones cerca de 30 minutos, y excusas siempre hay. Si por lo menos algo que me tranquiliza es que muy pocos son impuntuales por cuestión de gusto, ya que siempre hay una excusa, algunas más creíbles que otras,  lo que me demuestra esto, que son personas que no logran gobernar su tiempo, por consiguiente son personas que muy rara vez terminan lo que comienzan, desde pequeños detalles hasta grandes cosas. Siempre hay una excusa, y aunque algunas son ya de esas que van más allá de tus propias manos, aun asi uno tiene la capacidad de gobernar su propio tiempo, pero rara vez lo hacemos, al más mínimo imprevisto nos atrasamos inmediatamente, y con eso sólo perjudicamos a quien nos tendrá que esperar y esperar.

Lo he visto lamentablemente en todo tipo de personas; académicos, profesionales, gente de oficio, jovenes de liceos, unviersidades, y hasta cristianos. Muchos de los nombrados anteriormente debieran dar el ejemplo, pero por momentos son los peores, (No quería dar ejemplos, pero el plantón presidencial de los presidentes de partido de la Concerta...Mal ejemplo, por no decir cosas más polémicas) entonces eso obviamente que genera molestia, más ahun como dije anteriormente, que ya es casi "normal", con mucho esfuerzo te piden una disculpa y como si fueras a recuperar todo tu tiempo perdido te empiezan a latear con la lista de obstaculos que les impidieron llegar a la hora, mientras pienso que no hay excusas, falta de dominio propio en tu tiempo, pero para no ofender y no echarle más leña al fuego guardo silencio y comenzamos el propósito de la junta según lo pactado... Si a estas alturas hay que poco menos que agradecerle al lindo/a que llegó, pfff.

De repente es mejor visto fulanito que llega 15 minutos tarde que menganito que llega el doble de atrasado, donde pareciera que en el mundo de ciegos el tuerto es atracción turística. No! Dominio propio!

Dominio propio en tu tiempo, porque el dominio propio no es sólo para quienes están dejando las drogas o hacen dieta, como manejas tu tiempo tambien es señal de cuan presente es tu dominio propio en tus minutos,  horas, ya que de lo contrario, eres esclavo siempre a esos "eventos" que te ocurren de "improviso" que te impidió llegar a la hora, lo que te hace ser una persona inpuntual, y que raro que muchas veces "justo!" a esta clase de personas les ocurre este tipo de obstaculos: "la micro nunca pasaba", "me encontré con un taco", "me topé con fulanito que no veia hace tiempo", "saliendo de mi casa olvidé llevar X cosa", "mi mamá me dice que ordene tal cosa", "me llamaron recién asi que tuve que ir" etc, etc...etc. Su tiempo parece que es un caos...

La frase de la imagen concluye perfectamente: "Ser puntual... es valorar el tiempo propio y el ajeno."

Ah! y finalmente llegó el economista a dar su charla, gracias a Dios ya que en el peor de los casos nos dejaba a todos plantados... Valió la pena y el esfuerzo haber esperado tanto tiempo, pero pude haber aprovechado esos 30 minutos que nos hizo esperar, oh si que si.