martes, 3 de mayo de 2011

CONCERTACIÓN: LA PÉRDIDA DE LA PASIÓN

Se dice que perdió la Concertación, y no que ganó la Alianza, es decir, sólo ganó Piñera porque la Concertación perdió.

Y aunque parece un juego de palabras sin sentido, no lo es.

Primero, la pérdida de sintonía con la ciudadanía, segundo, las malas decisiones durante la campaña del 2009 – primarias en solo dos regiones proclamando a Frei como candidato (y más encima a Frei bailando reggaetón…), fue la firma hacia la derrota – y tercero, la aprobación totalmente concentrada en la Presidenta Bachelet sin capacidad de endosar dicha aprobación de las encuestas al candidato de sus filas , estas tres razones fundamentales – agregaría una cuarta: factor Marco Enríquez Ominami – fueron suficiente para dejarle el camino despejado para que Sebastián Piñera cumpliera un viejo anhelo que venía manifestando desde los 90’s, ser Presidente, y logró. ¿Ahora qué?

¿Qué mea culpa ha hecho la Concertación a poco más de un año de la derrota? De mea culpa nada, entonces, seré más generoso con la pregunta ¿En qué está la oposición ahora? Difícil responder algo concreto, como lo expresó Navarrete en su columna en La Tercera (17/04/2011), “pensemos en que ninguno de los problemas que le significaron un dolor de cabeza al gobierno durante el primer año tuvo su origen en la acción deliberada de la Concertación. La ubicación de la termoeléctrica Barrancones, la salida de Bielsa, las quejas por la reconstrucción, la huelga de hambre mapuche o el alza de los combustibles en Punta Arenas fueron amplificadas por las movilizaciones ciudadanas o las propias torpezas del Ejecutivo.” Y esto no lo dice alguien cercano al gobierno de Piñera que digamos.


Después de gobernar veinte años, uno esperaría una discusión interna, buscar el por qué, un análisis descabellado de una grieta que comenzó a manifestarse desde los primeros años del gobierno de Frei, y aunque algunos en la academia están a favor de la alternancia – habla bien de la democracia dicen – lo cierto es que nada concreto hay sobre la mesa para ver que se está volviendo a preparar la cena con elegancia y contenido, no señores, no hay ni siquiera mesas y sillas, solo la vieja habitación de lo que alguna vez fue la Concertación. Estos viejos que alguna vez lucharon por recuperar la democracia perdieron la convicción de sus ideas, y por ende, luchar. 

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