lunes, 16 de diciembre de 2013

CAMPAMENTOS: MIRADA HISTÓRICA

Se prometió para el Chile del Bicentenario, año 2010, un Chile sin campamentos[1]. Para el año 2011, en el catastro realizado en dicho año, se identificaron 657 campamentos a lo largo de todo Chile, contabilizando a 27.378 familias viviendo en ellos y a 83.863 personas según el MINVU que realizó el catastro. Por su parte, Piñera prometió que antes de su mandato acabará con la indigencia en Chile. 

¿Por qué no se pudo cumplir con la promesa para el año 2010? ¿Ha existido una política de Estado (que abarque más de un gobierno con un mapa definido a seguir) con respecto a la erradicación de los asentamientos informales? ¿La política de Estado se basaría sólo en la construcción de nuevas viviendas, o existen otros temas enlazados a la precariedad de las habitaciones que la haría más “completa”?

Estas preguntas se responderán rápidamente, de acuerdo a las cifras disponibles desde 1950 hasta el 2013 en su contexto histórico, datos obtenidos principalmente gracias a la visita al Ministerio de Vivienda y Urbanismo[2]

Antecedentes, estadísticas y análisis campamentos en Chile

Los asentamientos informales han formado parte de la historia en Chile, por lo menos desde la década de 1950 donde se les llamaba Callampas, luego en la siguiente década Tomas de Terreno y desde la década de 1970 y hasta el día de hoy Campamentos[4], pero lo que en términos generales han sido los asentamientos informales, son no sólo la precariedad de las viviendas, sino todo un tema estructural y entrelazado de ausencia de servicios básicos, viviendas con material ligero, inseguridad en el terreno donde se instalan, hacinamiento, etc.
Los asentamientos informales desde sus orígenes han buscado la posibilidad de un acercamiento a las ciudades por los beneficios que ésta entrega ya sea en un periodo de tiempo o permanentemente. Orígenes donde ya vemos en la década de 1930 un gran aumento en la urbanización del país debido a la inmigración campo-ciudad, lo que haría evidente desde la década de 1950 que las ciudades no estaban preparadas para la llegada del flujo de personas.
-          Callampas: Ante esta masividad de procesos migratorios, en Santiago la ocupación ilegal de terrenos forma asentamientos que se conocen con el nombre de “callampas”, en las que las condiciones de vivienda y urbanización son extremadamente precarias, terrenos obtenidos por los trabajadores sin casa de manera espontánea. Según las estadísticas: “Ya en 1952, 75.000 personas viven en callampas, lo que representa el 6,25% del total de la población de Santiago” (Castillo Couve, 2010).
La respuesta del Estado fue la promulgación del DFL2, conocido como Ley del Plan Habitacional, con el origen de aumentar la cantidad de viviendas. Así, poco a poco, el Estado se convierte en productor de viviendas (CORVI)
-          Tomas de Terreno: Así de “callampas” se da al paso a las “tomas”, con la diferencia de que éstas últimas son el resultado organizado de los pobladores con la intención de negociar directamente con el Estado. El Estado debe responder a las fuertes presiones de esta vez trabajadores organizados, así,  en 1965 se crea el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MINVU) por Ley 16.391/1965. Fueron 50.000 las familias que se inscriben en Santiago para obtener una vivienda pero dos años después, sus solicitudes siguen sin solución (Castillo Couve, 2010). En consecuencia, hacia finales de la década de 1960 las tomas de terreno se intensifican ya no sólo en zonas rurales, sino en espacios entretejidos de la ciudad lo que sugiere una solución de integración a la ciudad por parte del Estado.
-          Campamentos: Al cambiarse, con estos asentamientos, la fisonomía de las ciudades, aparece el término “campamentos”, con la intención de reflejar una organización similar a los campamentos militares. En 1985 se lleva a cabo el Catastro Nacional de Marginalidad Habitacional que arroja 482 campamentos con 40.493 familias. En la década de 1990 se disminuirá el déficit habitacional pero con un crecimiento desequilibrado, y homogéneo,  de las ciudades.
En 1997, se crea el Programa Chile Barrio, como consecuencia del Catastro de Asentamientos Precarios (1996) que arrojó un total de 972 asentamientos precarios y 104.808 familias. Este programa Chile Barrio tenía como misión: “mejorar la calidad de vida de los asentamientos identificados en el Catastro Nacional de Asentamientos Precarios mediante la ejecución de proyectos participativos destinados a resolver su precariedad habitacional y a mejorar la calidad del entorno y las oportunidades de inserción socio-laboral.[5]
Luego de diez años de intervención de Chile Barrio, el 2007 se realiza una segunda medición arrojando 490 campamentos.
A pesar de todos los esfuerzos, se producen nuevos asentamientos y ya el 2011, se realiza un nuevo Catastro de Campamentos que constató la existencia de 657 campamentos y 27.378 familias.
Ante este aumento, el 2011 se crea la Secretaría Ejecutiva de Campamentos[6] en el Minvu con el objetivo de crear un grupo de profesionales de uso exclusivo con el fin de erradicar a las familias de los asentamientos, con la transformación de los territorios en nuevos espacios públicos y equipamientos comunitarios para el barrio, todo esto en conjunto esta vez con el sector privado.

Como ya se ha visto, en las últimas décadas se han realizado cuatro catastros nacionales, realizados por el Minvu. El primero en 1985, aunque sin tener una definición como valor mínimo de familias para considerar un asentamiento cualquiera como campamento, arroja un total de 482 campamentos y 40.493 familias. Ya en 1996 el Catastro Nacional de Asentamientos Precarios da una caracterización a los asentamientos precarios, 20 viviendas en un terreno impropio, permitiéndose un concepto más amplio, reconociendo la existencia de 972 asentamientos y 104.808 familias.
El 2007, con una metodología distinta, usando datos censales y apoyo de la CELADE (Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía) arroja 490 campamentos y 20.000 familias[7].
Así, a la luz de la historia y las estadísticas, vemos que desde 1950 el Estado tiene primero una respuesta reaccionaria ante los crecientes problemas de vivienda, con una serie de DFL hasta la creación del Minvu, y luego ya en 1985 ofreciendo un Catastro a nivel nacional para comenzar a elaborar políticas y un trabajo en concreto para todas las familias.

Desde 1985 se comienza, entonces un trabajo más metodológico para atender este problema, sumando en 1997 el programa especial Chile Barrio, el 2007 una medición de este programa con un nuevo Catastro y el 2011 pese a los esfuerzos, siguen existiendo, se crean nuevos o resurgen desde donde ya se había intervenido, por lo que se decide realizar un nuevo Catastro.
En definitiva,  si ha existido una política de Estado puesto que ha trascendido el actuar de un período de gobierno, durante los gobiernos de la Concertación la pobreza y extrema pobreza bajaron radicalmente, aún así, no se pudo cumplir la promesa de terminar con los campamentos para el bicentenario, año 2010.
Esto se debe a factores ya mencionados fugazmente, como el resurgimiento de campamentos donde el gobierno ya había intervenido, principalmente por personas que no quieren salir de los terrenos en donde han vivido por lo general décadas, o bien salen familias de un determinado campamento pero llegan a ocupar esas viviendas allegados, como se expresa en la siguiente nota de la Conferencia Episcopal de Chile: “… el problema (Chile sin campamentos 2010) se suscita porque la política de entregar subsidios a grupos de familias y no a la totalidad. Así se iban unos y siempre quedaban otros.[8], lo que ha obligado al Estado a actuar no sólo desde el punto de vista habitacional, sino también de reinserción a las nuevas viviendas, educación, conectividad etc.

Actualmente, como se ha mencionado, durante el presente gobierno se crea la Secretaría Ejecutiva de Campamentos (2010 con funcionamiento desde 2011) como un nuevo espacio institucional.


Además, durante el presente gobierno, en Julio del 2011 se informó que se mandaría un delegado con carácter presidencial dedicado exclusivamente al tema de campamentos, lo que demostraba como señal que éste tema sería de prioridad para el gobierno, sin embargo a un año y medio de asumir sus funciones, el funcionario abandona su cargo reemplazándolo quién ya no tendría el carácter de delegado presidencial, lo cual muestra una falta de prioridad en la agenda del gobierno[9].

Para concluir, entre 1980 y el año 2000, se construyeron en Chile alrededor de 202 mil viviendas sociales, gran avance incluso a nivel de Latinoamérica (Domínguez 2011), lo que sin duda significa que más allá del gobierno de turno, se construyeron una gran cantidad de viviendas, pero al sólo construir viviendas sin un dibujo arquitectónico predefinido, las ciudades y sus poblaciones comienzan a producir un efecto homogéneo y clara segregación, alejando a las personas de las ciudades (Dattwyler, 2007) generando a su vez un temor generalizado de victimización, privatización de los espacios públicos y de la ciudadanía misma (Dammert, 2004)

Por lo tanto, no ha existido una mirada del Estado “completa” para la erradicación de los campamentos y la construcción de las viviendas de tal forma que los habitantes ya no sólo tengan un techo donde vivir, sino que se sientan identificados con sus nuevas viviendas, las cuales al no ser de buena calidad ha generado otro problema en cuanto a la calidad de las viviendas entregadas: “si hace veinte años atrás el problema de la vivienda era el de las familias sin techo, hoy, en Santiago, el problema de la vivienda es el de las familias con techo”  (Domínguez, 2011 p. 81) teniendo su ejemplo número uno las denominadas “casas Copeva[10]” debiendo pagar un alto costo por indemnización a las familias afectadas.




[1] Proclaman un Bicentenario sin campamentos (El Mercurio, Valparaíso. 2009): http://www.mercuriovalpo.cl/prontus4_noticias/site/artic/20090518/pags/20090518002102.html
[2] Con la ayuda especial de Consuelo Balboa Navarro, Secretaría Ejecutiva de Campamentos, datos que entregó personalmente apoyados con el último Catastro de Campamentos (2011)
[3] Con la ayuda de Google Maps, información organizada por el Minvu, año 2012: http://aldeas.minvu.cl/maps.php#
[4] . La última definición acerca de campamentos del gobierno la encontramos en el último Catastro de Campamentos (2011)  en la que define: “Los campamentos son asentamientos humanos donde hay una concentración espacial de condiciones de vida asociadas a pobreza y precariedad habitacional, sus habitantes son familias vulnerables, sufren de inseguridad en la tenencia del suelo, producto de ocupaciones irregulares y hay autogestión comunitaria en la producción del hábitat residencial.”
[6] Oficina a la que se fue a visitar
[8]